Fragmento de la homilía del Obispo

Fragmento de la homilía del Obispo de San Nicolás - Buenos Aires; República Argentina, Monseñor  Domingo S. CAS'I'AGNA en la noche del martes 25 de marzo de 1986, en el "CAMPITO DE LA VIRGEN".

“La presencia de la Virgen nos hace peregrinos y penitentes.  Es ella quien nos da siempre a Jesús, nuestro Salvador, y nos enseña como ser fieles al Evangelio. Las advocaciones diversas, de larga tradición en la Iglesia, son formas siempre nuevas de su solicitud maternal.

Nuestra Señora del Rosario, en esta antigua y hermosa imagen, ha conquistado los corazones de verdaderas multitudes; por su mediación Dios está derramando gracias innumerables que, en lugar de cesar, parecen multiplicarse de manera providencialmente estable. El acontecimiento de confluencia extraordinaria de peregrinos tiene relación directa con la imagen sagrada y con este humilde lugar de nuestra privilegiada ciudad de San Nicolás.

La virtud de la prudencia, ya proverbial en la Iglesia, reclamó la observación serena, responsable y piadosa de hechos que, circunstancialmente, han despertado la antigua devoción mariana.
Nunca la Iglesia los propondrá como de fe obligatoria. Los criterios que han prevalecido en la cuidadosa y prolongada observación de todo el acontecimiento, avalados por práctica de siglos, nos alientan a reconocer, aquí, el paso de Dios en la presencia de la Virgen y, en consecuencia, sin dejar de mantener una atenta vigilancia sobre los hechos señalados, animar la devoción, presidir al pueblo creyente en su constante y católica creación e indicar como lugar de especial culto el que la misma piedad popular ha consagrado.

Estas razones, largamente maduradas, con el consejo de responsables y competentes asesores, han animado mi decisión de presidir personalmente esta prccesi6n, celebración penitencial y Santa Misa. La impensada coincidencia de ser Martes Santo reviste de particular espíritu eclesial nuestra humilde celebración.

La Virgen está cumpliendo, con admirable fidelidad, su peculiar misión en la Iglesia y para el mundo.  En Latino América aparece estrechamente vinculada a la evangelización protagonizada por la Iglesia Católica, al crecimiento de la fe del pueblo y a sus momentos históricos cruciales. Ahora, San Nicolás es una muestra más, se está ocupando de la "nueva evangelización" reclamada por el Papa.

Es ella, ya no importa como, es la Madre de Dios y nuestra quien está mostrando ocupar su lugar en la Iglesia. Su mensaje es Jesús que, por el Evangelio que la Iglesia predica y el pueblo cree, retoma su actividad de fermento en la sociedad.

Como Pastor quiero recoger el llamado de la Madre y reconocer su presencia, como también discernir lo que viene de ella de lo que las exageraciones y desviaciones humanas pudieran ocacionar. ”